- Historia de Sotoba City

Quizás no hace mucho para los antiguos residentes de Sotoba, cuando aun era un tranquilo pueblo, se encontró con el problema de las desapariciones. Las terribles noticias que llegaban, de que cada vez más mujeres y hombres desaparecían de jóvenes, adultos o ya viejos para luego no encontrarlos nunca más. Muchos se preocupaban. Los más viejos nos contaban la historia de ellos mismos, cuando aun era un pueblo Sotoba. Las desapariciones crecían, pero lo peor iba a ocurrir un día. No pasó mucho tiempo para que fueran encontradas, aunque sí un buen tiempo para los pacientes familiares de las personas. El descubrimiento fue totalmente chocante para varias personas del lugar. Las personas desaparecidas habían sido modificadas genética y físicamente con partes de animales. Inmediatamente comenzaron a hacerse muchas investigaciones con las nuevas razas, por no querer llamarlos humanos, ya que era algo raro. En un pueblo donde ni siquiera creían en los demonios, ¿cómo podían haber personas animorfas aquí? Lamentablemente, quizás nunca pudieron dar bien con el paradero de los culpables originales. Solo descubrieron algo que nunca en sus vidas pudieron imaginar: no eran más que vampiros que habían hecho experimentos con humanos, usándolos como conejillos de india, para saber cuánto era su capacidad teniendo una habilidad animal. Algo que sonaba hasta incluso como un tabú. La gente enfurecida quiso dar con los vampiros, más nunca pudieron dar del todo con ellos. Y a pesar de que habían encontrado algunas personas, no habían encontrado a todos los afectados por dicha modificación genética.

Pasaron los años en Sotoba, aunque no demasiados, simplemente diez fueron suficientes para demostrar que aun había una esperanza detrás de la capacidad de ser solo monstruos de circo. Aquellas personas que habían sido modificadas tuvieron una vida normal, pero su gen aun se contenía en la sangre y no se pudo controlar dicho problema. Nuevamente, se fue trasmitiendo su herencia fusionándose, aquellas células humanas con las animales, con las personas normales. Así, no pasó mucho tiempo para que se poblara aquel pueblo de diferentes razas. Finalmente, los habitantes de Sotoba decidieron mantenerlo en secreto del mundo y así es como controlaban hasta su turismo. Después de todo, Sotoba era un pueblo de agricultura.

Sin embargo, eso no hizo que nuevas personas vinieran. Una persona que venía solo con intenciones de visitar el lugar, se les hacía extraños a todos los pobladores. Los experimentos, aquellos animorfos, ya con unos años de edad solo erizaban sus cabellos apenas lo veían. Algo de él era de desconfiar. No pasó mucho tiempo para que todo cambiara en aquella ciudad con la llegada del nuevo residente. El sobreviviente de los vampiros, aquel que era joven aun cuando se completaba aquel tabú, llegó a la ciudad solo con sed de curiosidad. No pasó mucho tiempo para que el acomodado vampiro lograra tener una mansión, lo que hoy es conocido como el Catillo Winderick. Nuevamente la gente desaparecía y nuevos inquilinos llegaban a la ciudad. Ninguno de ellos daba una buena aura, al contrario. Los hijos de los experimentos no paraban de desconfiar, aunque solo quedaban una parte de ellos. La otra parte había desaparecido misteriosamente. Nuevos comerciantes llegaban, y el secreto de Sotoba se iba por los añicos. El joven vampiro que apenas llegaba, sin importarle el precio de sus acciones, dejó ese castillo para la venta clandestina de los seres extraños. Junto a las notas de experimentos logrado, usando la sangre de vampiro, más la sangre y los genes animales y un cuerpo humano, era simplemente perfecto el resultado. No le importó usarlo y modificarlo a su antojo. Invitó a científicos, vampiros y demonios a que poblaran la ciudad con la idea de crear su nuevo negocio aquí. Convenció a gente poderosa sobre el gran negocio, que con esto podrían ganar más que millones vendiéndolos al mundo y sacándoles provecho, siempre y cuando los demás no lo supieran. Así fue que se fundó el Castillo de Winderick. Aquel lugar más apartado de la ciudad, aquel lugar que ha hecho de más humanos razas mucho peores de las que ya se habían hecho, además de peligrosas, solo con el fin de que estas sean adquiridas a un precio alto.

Al cabo de unos años Sotoba ya no era el pueblo de antes, la ciudad pacífica y libre. Ahora era el lugar donde podían comprar y vender "mascotas", sirviendo para los ricos y gente que se dedicaba a los más oscuros negocios. No hacía falta decir cuáles eran las funciones de las mascotas, tanto animorfos de gatos, perros, zorros, lobos o lo que se imaginase, no era más que de ayuda de compañía, de lucha, torturas... hasta de placer carnal. Un nuevo castillo fue fundado ese mismo año en el que el negocio del pequeño Winderick se hacía nuevamente más grande. Era el único lugar donde las mascotas no eran tratadas con fines egoístas, sino solo para ser vendidas a aquellas personas que necesitasen de compañía sincera, siendo esta como un amigo. Quizás era por medio de uno de los doce vampiros que estuvo en el lugar, el vampiro no lo sabía bien, pero esta era su gran amenaza. Shiki Shop, así se llamaba el lugar, solo ha mantenido su organización donde los seres han sido adquiridos por otros seres solitarios, tales como ángeles, humanos, vampiros y demonios. Un lugar donde no existía esclavos, solo compañías.

No pasó mucho tiempo para que el Winderick, al enterarse de dicho acontecimiento tratase de buscar algún medio para poder destruir a aquella persona que estaba acabando con su exitoso negocio, buscando el paradero de este sin suerte alguno ya que contaba con algún tipo de respaldo para evitar su destrucción. Ahora el descontrol y sufrimiento de estas mascotas será infinita, de ti depende seguir con el bien o el mal.